Serie fotográfica: "Así nos llaman..."




Ciudadano
50 x 50 cm. / Fotografía / 2010






Sujeto de derecho
50 x 50 cm. / Fotografía / 2010





Usuario
50 x 50 cm. / Fotografía / 2010





Contribuyente
50 x 50 cm. / Fotografía / 2010


"Así nos llaman..."

Esta serie de fotografías involucra una reflexión acerca de los mecanismos que se emplean para la homogeneización legal (y social) de las personas. 

En cada fotografía, presento una denominación o "etiqueta" legal empleada para identificar aquel individuo que se encuentre involucrado en determinada situación legal. 

Para presentar visualmente estas etiquetas legales, he recurrido al empleo de sellos. El sello es un elemento visual frecuentemente empleado en el ámbito legal para la realización de trámites documentarios. La práctica usual en materia de trámites consiste en que los documentos que circulan por las diversos estados o instancias son sellados, consignándose en ellos información que sirve para dejar constancia de determinados acontecimientos o situaciones. Es decir, mediante el sellado de los documentos se proporcionan datos objetivos y estandarizados sobre la situación o el estado del trámite. 

Por ejemplo, al margen de las particularidades del trámite o la naturaleza del documento, es frecuente que a los documentos se apliquen sellos con las palabras: "Cargo", "Copia", "Urgente", "Entregado", "Recibido", entre otros. 

Volviendo a las etiquetas legales. A todo aquel individuo que sea partícipe de determinada situación jurídica, le corresponderá alguna de las variopintas denominaciones que conforman el enorme abanico de términos que dispone la legislación para identificar a los "Sujetos de derecho". 

La creación de términos legalmente estandarizados para identificar a los individuos involucrados en determinadas situaciones jurídicas responde a diversas razones, desde las basadas en incontrovertibles argumentos legales hasta las fundamentadas en cuestiones de índole práctica. El hecho es que, ante la ley, un individuo deja de ser "Fulanito de tal, hijo de X, que tiene tales o cuales gustos, tiene una gripe y prefiere dormir hasta tarde los sábados" para convertirse en el "ciudadano" o lo que corresponda según la disposición legal pertinente. 

Es de tal magnitud la aceptación social de las etiquetas legales que resulta frecuente su utilización en contextos extra-jurídicos. Por ejemplo, se puede encontrar su uso generalizado por parte de la prensa. En las noticias, es común la referencia a "el prontuariado", "el cónyuge", "el demandante", "la denunciada", etc. Tal vez en muchos casos no sea necesario o relevante saber el nombre de los aludidos, ya que con la información proporcionada por tales etiquetas legales se puede conocer lo estrictamente necesario sobre el asunto que es materia de la noticia.

No pretendo discutir ni relativizar la utilidad de las etiquetas legales. Mi interés se centra en la inversión del orden de las cosas: relativizar el poder de las etiquetas legales para pasar a pensar en la revitalización y consiguiente preeminencia de nuestra noción de persona (enfocada en la dimensión de individuo). 

El poder de las etiquetas legales... su presencia bien puede percibirse como la anulación de la noción de la individualidad de aquellas personas a las que se les atribuye cierta denominación o etiqueta legal. 

¿Qué ocurre con nuestra percepción respecto de los individuos que han sido subsumidos en estas denominaciones legales? 

Cuando pensamos en estas personas, las pensamos en términos estandarizados. Probablemente esa es la finalidad que se persigue en un entorno legal. Tal es así, que estamos frente al "consumidor" o el "contribuyente", no importa quién sea. No resulta extraño encontrar un titular que diga: "La SUNAT(1) será implacable con aquellos contribuyentes infractores", todo bien... pero, ¿qué ocurre si ese "contribuyente infractor" es tu mamá o tu hijo? 

Quizás el empleo de las categorías legales en contextos extra-legales puede tener como correlato ciertos efectos cuyo alcance no hemos calculado. 

La serie "Así nos llaman..." comprende un grupo de cuatro fotografías: "Ciudadano", "Sujeto de derecho", "Usuario" y "Contribuyente". Presento las etiquetas legales selladas en el cuerpo de personas. En ninguna de las fotografías se puede ver la totalidad del cuerpo, tampoco el rostro. Por lo tanto, no se puede identificar al individuo. Sin embargo, mi propuesta apunta a vulnerar el poder de estas etiquetas.

El poder de la etiqueta legal es confrontado con el cuerpo, en este caso, el cuerpo de una mujer. Producto de la interacción entre las etiquetas y este cuerpo, en vez de ocurrir la anulación del contenido de alguna de estas fuerzas antagónicas, surgen condiciones propicias para la generación nuevos mensajes.

(1) SUNAT: Superintendencia Nacional de Administración Tributaria.


(22.11.2010 - 28.11.2010)
Intervención artística de casona por la Semana VDay - Exposición colectiva organizada por la asociación internacional Vday.